viernes, 25 de marzo de 2011

por qué defender animales: declaración de principios

Hace dos días me veo envuelta en algo que para muchos de los que me conocen, quizá sea directamente una voladura de chapas... ya me pasé del otro lado de la cordura, de lo razonable, quizá, para muchos que me quieren y hasta ahora respetaron la fijación que tengo contra el maltrato humano hacia el animal.
Digo mal, no hace dos días, quizá un poco más, porque hace un par más, decidí quedarme con la última gatita que me tiraron y rescaté de un estado lamentable. Y me la quedé a pesar de ser la número 11 entre los gatulindos de la casa, y 13 contando a las perrilindas. Razón?, la tipa odia los humanos. Cuando le conseguí hogar, fue luego de 3 meses de estar conmigo, ya demasiado acostumbrada y demasiado convencida de su terror a los humanos y a todo lo que se le parezca. Para ella, sólo soy humana cuando me comporto como tal. Meterla en un bolso de transporte felino, fue para ella signo de peligro y casi se ahoga del pánico. Quizá podría haber hecho el intento otra vez, pero, no fui capas. Punto.
Y ahora ésto, me refiero a un despiole que armé en el vecindario a raíz de descubrir que una secta religiosa pseudo africana (conocidos como umbandas) estaba sacrificando más de 20 animales ovinos y caprinos. Lo hacen con aves, gatos, perros... Y ahora animales que debieron trasladar desde el campo en camión hasta acá.
Acá? es un barrio en plena ciudad, un barrio residencial, de casa de clase media... con niños jugando en la vereda todo el día, personas mayores viviendo solas...
Todo el horror que se imaginan, todo: sangre, aullidos, autos de gente adinerada en la puerta... y el 'templo' que es no más que el garage de una casa en una esquina, vecina a muchas otras.
Todos los vecinos habían visto, oído... nadie hizo nada hasta que yo no armé el griterío en la puerta. Salieron vecinos, proteccionistas... llegó la tele, la comisaría... en fin...
La tortura y matanza no la detuvimos, pero... el orgulloso sacerdote trucho quedó con una denuncia penal que le va a costar un disgusto al menos... y no creo que siga haciéndolo acá en el barrio.
Tal vez se vengue de mi.... cierto. Pero, qué hacer? Quedarme callada, llorando en mi casa?
Quizá. Sería más feliz? No... de veras, no. No me da la cabeza para pensarlo.
En fin... Nada que no haya sido dicho: los animales son seres sintientes, como cualquiera de nosotros. Encima, no poseen el don de la maldad. Simplemente porque no razonan como los humanos. No tienen especulación emocional, así que sólo pueden querer, lo que conocemos como amar, o no. El resto de los seres vivos, para los animales, son presas o enemigos. O, claro está, pueden ser pares y líderes. Muchos de los animales nos sienten -a los humanos- como depredadores, otros, como sus aliados... es el caso de los llamados mascotas... Pobrecitos.
En todo caso, los animales, sean lo que sean, están en desigualdad de condiciones ante los humanos, simplemente porque no especulan. No tienen pensamientos del tipo 'ahora que no me ve, me voy a rajar... o ahora que puedo, lo voy a cagar a palos' o 'como están destruyendo mi hábitat, voy a mudarme a otro lugar'
Matamos, torturamos, transformamos, sacrificamos, mortificamos, comemos animales porque nos creemos superiores, sólo porque podemos especular. Pensamos que están en el mundo para que usemos y abusemos de ellos, total, son seres inferiores.
Cuánto se asemeja a lo que pensamos de otros humanos eh?
Conclusión: estaré rematadamente loca, desencajada del trajín y devenir de la cultura humana... sim... puede ser, pero la felicidad que me dan mis animales rescatados, y los que pude dar, y también los que saludo en la calle; y las hormigas y arañas que tengo en casa y hacen su ciclo lo mejor que pueden... pues esa sensación es tan placentera, tan humana si se quiere, que no la voy a abandonar para ser más culta.

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